LA NECESIDAD DE SUPLEMENTAR CON VITAMINA D3 A PARTIR DE LOS 50 AÑOS U ANTES............
Si ha nacido antes de 1969, este mensaje es prioritario para usted.
Vamos dejando atrás el buen tiempo y entramos en la época más fría y oscura del año, por lo que hay riesgo de que sus reservas de vitamina D estén bajo mínimos.
Todos estamos expuestos a este peligro. Nuestro tiempo de exposición al sol es reducido y nuestro organismo ya no puede producir suficiente vitamina D.
Pero a partir de los 50 años el riesgo de carencia aumenta aún más, ya que el envejecimiento de la piel hace que se sintetice cuatro veces menos vitamina D que en el caso de una persona más joven.
Esta carencia puede tener graves consecuencias, y precisamente por ello hoy tengo una información crucial que comunicarle al respecto.
Numerosos y espectaculares beneficios
La vitamina D afecta a 229 genes del genoma humano, lo que explicaría que una deficiencia en esta vitamina pueda estar en el origen de múltiples enfermedades.
En Estados Unidos, una asociación de científicos que reúne a los más grandes expertos en vitamina D ha elaborado una lista impresionante de enfermedades que se podrían evitar con el simple hecho de mantener un buen nivel de esta vitamina.
Por ejemplo, han calculado que una buena tasa de vitamina D en sangre, situada entre 50 y 75 ng/ml, supone entre otros los siguientes beneficios.
- El riesgo de cáncer disminuye de forma muy notable: cáncer de mama (-83%), de colon (-80%), de páncreas (-65%), de vejiga (-66%), de endometrio (-67%) y de riñón (-75%).
- El riesgo de enfermedades cardiovasculares disminuye en al menos un 50%: infarto (-50%) e hipertensión arterial (-78%).
- El riesgo de osteoporosis y de todo tipo de fracturas disminuye en un 50%.
- El riesgo de gripe estacional disminuye en un 83%.
- El riesgo de asma disminuye en un 63%.
- El riesgo de diabetes tipo 1 disminuye en un 71%.
A pesar de su importancia para mantener una buena salud, muy pocas personas tienen un nivel de vitamina D adecuado. Los especialistas comparan esta situación con una auténtica epidemia de magnitud mundial.
Crucial para todas las edades, pero aún más a partir de los 50
Los estudios científicos recientes muestran que, incluso en los países muy soleados como es el caso de España, mantener un nivel suficiente de vitamina D es difícil. Y especialmente entre los meses de octubre y marzo, cuando el sol apenas se deja ver ni calienta, pasamos menos tiempo al aire libre y no es posible una síntesis natural suficiente de esta vitamina.
Para beneficiarse de los efectos de un buen nivel de vitamina D sobre la salud, los expertos aseguran que hay que contar con una tasa en plasma superior a 30 ng/ml.
Otros especialistas van un poco más allá en su recomendación y aconsejan llegar a 40 ng/ml.
¿Y cómo se consigue alcanzar esas tasas plasmáticas? Pongamos un ejemplo.
Para mantener ese nivel durante todo el año, incluso en invierno, sin aportes nutricionales complementarios, haría falta que se expusiese todos los días al sol durante al menos 20 minutos (o incluso 30) y ello al mediodía, cuando el sol está más alto. Claramente, esto es casi imposible si vive en el hemisferio norte.
De hecho también en España, por mucho que seamos el país más soleado de la Unión Europea, los estudios evidencian que los déficits de vitamina D son elevados y alcanzan a más de la mitad de la población. Los datos confirman una carencia generalizada de vitamina D, incluso severa, en la población española de ambos sexos.
Estos déficits severos afectan más a menudo a las personas mayores de 50 años, que sintetizan cuatro veces menos vitamina D que una persona joven con una exposición similar, debido al envejecimiento de la piel.
Pero ni los jóvenes se libran.
Un estudio llevado a cabo en un lugar tan soleado como Canarias y sobre población joven detectó una deficiencia significativa (< 20 ng/ml) en un 32,6% de la población y moderada (<30 ng/ml) en un 28,6%.
Así que imagínese qué ocurre a medida que se van cumpliendo años y más en lugares geográficamente menos bañados por el sol: pues que una persona mayor de 50 que no se preocupe por su nivel de vitamina D tendrá carencia de forma casi automática. Así se refleja de hecho en un estudio realizado en nuestro país que concluyó que, entre la población mayor de 65 años, el 86,3% presentaba insuficiencia vitamínica, y que esta era grave (<15 ng/ml) en el 35,2% de los casos.
¡Eso significa que casi 9 de cada 10 españoles mayores de 65 años tiene déficit de vitamina D, y que este llega a ser severo en un tercio de los casos!
Asumámoslo y seamos consecuentes: el déficit de vitamina D es una realidad de importantes efectos sobre la salud en general, y no sólo a nivel de salud ósea. Por eso es importante que tome medidas desde hoy mismo.
¿Qué dosis necesita usted?
Para un adulto sano, las autoridades europeas recomiendan una dosis diaria de 400 Unidades Internacionales (UI) de vitamina D, una cifra que hoy por hoy se puede calificar claramente no ya de insuficiente, sino de ridícula.
Existen numerosos debates sobre la dosis necesaria para una buena complementación en vitamina D. Esto depende en gran medida de la edad, modo de vida, lugar de residencia (si se vive en una región soleada o no)... Pero los científicos están seguros de una cosa: una suplementación diaria de 400 UI de vitamina D es básica para todo el mundo (hombres y mujeres); ¡incluso en España las autoridades sanitarias respaldan esa recomendación! Es decir, que las autoridades, tan conservadoras en materia de complementos nutricionales, consideran que de forma general es necesario tomar un complemento de vitamina D.
Pues bien, si tiene más de 50 años, los especialistas recomiendan una complementación de al menos 1.600 UI al día. Y ciertos estudios proponen incluso dosis diarias que van hasta las 10.000 UI al día.
La mejor dosis: vitamina D cada día
Hay muchas formas de conseguir vitamina D, si bien lo más recomendable es tomarla regularmente y durante todo el año, ya que esto es lo que le permitirá contar con la tasa adecuada.
Debe evitar las ampollas que proporcionan de golpe hasta 200.000 UI (lo que equivale a tomar un mes de sol en la cara en cuestión de segundos). No sólo no es fisiológico, ya que producimos un poco de vitamina D cada vez que nos exponemos al sol, sino que también es menos eficaz que una toma más moderada y a largo plazo, ya que a su organismo le cuesta utilizar y almacenar esta entrada masiva de vitamina D.
Con una toma diaria menor, pero constante, usted recibiría una dosis más fisiológica; es decir, que respeta los equilibrios naturales de su cuerpo. Pero es que además la vitamina D es liposoluble, por lo que debe ir en una matriz grasa, como por ejemplo un aceite vegetal de buena calidad para facilitar su asimilación.
Vitamina D para todo el año
Empezar ahora a tomar vitamina D es una de las mejores decisiones que puede tomar para mejorar su salud.
Ahora que los días de sol han quedado lejos, y con ello las posibilidades de sintetizar vitamina D directamente a partir de los rayos solares, sus reservas de vitamina D están en peligro. Por eso ahora es el momento en el que debe pasar a la acción y beneficiarse de la toma diaria de un complemento con el que podrá, entre otros beneficios:
- Reforzar sus huesos y reducir el riesgo de fracturas.
- Estimular su sistema inmunitario y aumentar su capacidad de resistencia a las infecciones.
- Disminuir el riesgo de cáncer.
- Impedir que el calcio se deposite en sus arterias, reduciendo el riesgo de enfermedad cardiovascular.
- Ayudar a una coagulación sanguínea normal.
DESDE LA HERBOSURA OS DESEAMOS UN BUEN INICIO DE SEMANA FRÍA Y LLUVIOSA.......Y SALUD PARA TODOS.
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