¿A quién va dirigido?
Es vital conocer e identificar los elementos a los que somos intolerantes. Después de conocerlo, podemos tomar medidas para modificar nuestra dieta o evitar ciertas situaciones para no entrar en contacto con algunas sustancias químicas que existen con frecuencia en nuestro alrededor.
Se suele considerar únicamente como una herramienta para perder peso, sin embargo la utilidad de este test va mucho más allá. Existen numerosos trastornos que pueden tener su origen en un tipo de intolerancia alimentaria y que podrían solucionarse adaptando la dieta a los resultados revelados por el test.
- Trastornos endocrinos: en personas obesas que no responden a los tratamientos habituales de adelgazamiento se han experimentado pérdidas de peso al eliminar de la dieta los alimentos indicados
- Trastornos gastrointestinales: dolores abdominales, estreñimiento, diarrea, vómitos, estreñimiento, hinchazón, síndrome de colon irritable.
Trastornos psicológicos: ansiedad, depresión, fatiga, hiperactividad (en niños).
Molestias respiratorias: asma, rinitis, dificultad respiratoria.
Trastornos cardiorrespiratorios
- Molestias neurológicas: dolor de cabeza, migraña, mareos, vértigos.
- Otros: artritis, fibromialgia, articulaciones inflamadas.